La marihuana en los siglos XVI al XVIII (2)
En 1776 la Declaración de Independencia Americana es redactada en papel de cáñamo holandés. Se hicieron copias en pergamino (cuero tratado); este fue el documento que finalmente firmaron los delegados el 2 de agosto de 1776.
Sus redactores, los padres de la patria americana, son en su mayoría conocidos consumidores de marihuana.
El hilo de fibra de cáñamo se usó para tejer la ropa de los soldados de Washington en las "colmenas tejedoras" organizadas por las madres de la patria de 1776, de las que descienden directamente la actual sociedad patriótica/ nacionalista DAR (muy en contra ahora del uso de la marihuana).
En este año (1776) una camiseta de algodón costaba de unos 100 a 200 dólares, mientras que una camiseta de fibra de cáñamo costaba un dólar, como vemos la fibra de cáñamo era mucho más barata.
En 1791 el presidente Washington intenta fomentar la industria doméstica cultivando en sus plantaciones.
Jefferson alude al cannabis como una necesidad y anima a los granjeros a cultivar esta planta en lugar del tabaco.
El censo de 1850 en los Estados Unidos contabilizó 8.327 plantaciones de cáñamo (extensiones mayores de 2.000 acres de tierra) cultivado para hacer telas, lonas e incluso las cuerdas utilizadas para embalar el algodón.
La mayoría de estas plantaciones censadas se encontraban en el Sur o en los estados colindantes, principalmente por la posibilidad de imponer en estos lugares de esclavos como mano de obra barata para trabajar en la industria del cáñamo.
Una de las recetas médicas más utilizadas en los EE.UU.desde 1842 hasta 1890 se elaboraban con diversos extractos de marihuana y de hachís.
La utilización legal de la marihuana con fines medicinales continuó durante todo 1930 e incluso desempeñó un papel más importante en medicinas veterinarias.
Los medicamentos fabricados con extracto de cannabis fueron realizados por Eh Lilly, Parke- Davis, Tildens, Smith Brothers, Squibb y otras muchas compañías y boticarios europeos y americanos.
Durante todo este periodo no se contabilizó ni una sola muerte producida por el consumo de dichos medicamentos, ni mucho menos ocasionó trastornos mentales.
Sólo aparecieron efectos secundarios desorientación e introversión, en aquellas personas que los utilizaban por primera vez o no sabían cómo hacerlo.